17 Abr El DHA (DOCOSAHEXAENOICO)
El ácido docosahexaenoico (DHA) es un ácido graso poliinsaturado omega 3 de cadena larga compuesto por 22 carbonos y 6 dobles enlaces. La alta movilidad del DHA y su hidrofobia explica, en la mayoría de los casos, su uso para la prevención de muchas aflicciones, como en las enfermedades cardíacas o su aplicación como agente terapéutico.
El DHA lo podemos encontrar en diversos tejidos del cuerpo, pero su disposición está limitada, por eso es necesario realizar un consumo adecuado, logrando así resultados muy positivos en muchos procesos del organismo. Diferentes investigadores han mostrado que el ácido docosahexaenoico se encuentra en grandes proporciones sólo en algunos tejidos de los mamíferos, uno de estos tejidos es el nervioso. Por otro lado, el DHA influye en la actividad y distribución de las membranas, actuando en la accesibilidad elástica, el traslado de proteínas y las conexiones que se producen con el colesterol.
Una de las características más relevantes de este ácido graso poliinsaturado es que todo y existir en grandes proporciones en las membranas su aumento no es producido directamente por la dieta, por lo que no existe una dependencia entre la cantidad de DHA en los tejidos y su ingesta dentro de la propia dieta del individuo. Asimismo, una vez el ácido graso se ha unificado, las moléculas se inmovilizan fuertemente incluso en detrimento de otros ácidos grasos. Todo y que la utilidad más significativa del DHA se desconoce exactamente, se ha probado que en otros tejidos la unión de este ácido graso es inferior al 5% sobre el total de cadenas fosfolipídicas, es justamente en los tejidos con más concentración donde el incremento de DHA debido a la dieta tiene como resultado el aumento de este ácido graso de 2 a 10 veces. Debido a esto se está indicando que en estos tejidos más susceptibles ante la aceptación de ácido docosahexaenoico se consigue unos resultados más beneficios siguiendo una buena dieta rica en este ácido graso.
El efecto antinflamatorio que posee el DHA es debido a su esterificación a los fosfolípidos (FL) de membrana, debido a que el AA esterificado en la posición sn-2 de los fosfolípidos es la base para la biosíntesis de agentes proinflamatorios. Además, este ácido graso desempeña funciones de inmunidad, coagulación, tensión arterial, reacción cognitiva, esperma, retina, sistema nervioso, cerebro, fertilidad, trastornos de memoria, etc.
Así mismo, también ofrece un efecto antiinflamatorio indirecto por medio de los destinatarios estimulados por proliferados de peroxisomas (PPAR), frenando la biosíntesis de elementos proinflamatorios. Entre los muchos efectos celulares del DHA está el incremento de genes encargados de codificar proteínas transportadoras que intervienen en el traslado intracelular de ácido graso.
Por otro lado, existen ciertos inconvenientes que pueden surgir si se abusa de la dosis recomendada, provocando reacciones contraproducentes en el organismo.
Entre estos posibles efectos negativos, Zapata en su estudio destaca que una excesiva ingesta de ácido docosahexaenoico podría modificar tanto la impermeabilidad que tiene la membrana como ciertas características enzimáticas. La ausencia de suficientes antioxidantes supondría un aumento de los peróxidos lipídicos provocando un empeoramiento en la calidad de la membrana. Así mismo la ingesta desmesurada de omega-3 puede suponer para los sujetos una modificación de la defensa hacia los antígenos, por la disminución de citoquinas y eicosanoides.
Por otro lado, para obtener una buena cantidad de DHA, es suficiente con consumir tres raciones de pescado pequeño azul por semana, para la gente vegana , vegetariana, podemos obtener el DHA, del consumo de las algas semillas de lino, chía, quinoa, calabaza, pipas, verdolaga y usando aceite de oliva virgen extra.
Francisco José Roures Chiva
Graduado en Nutrición Humana y Dietética
Colegiado: CV-00743
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